El mejor pianista de todos los tiempos, y no existía para el mundo. Nacido en un barco que cubría la ruta Europa-América a principios del siglo XX, nunca había salido de él. Cautivaba cada noche a los viajeros con sus mágicas notas, hasta que un día decidió bajar. Su mejor amigo, un trompetista de jazz, nos cuenta la historia. Y todo con una sola arma: la palabra y la emoción que un actor sincero, esencial, sencillo, como el trompetista al que da vida Miguel Rellán, es capaz de transmitir desde el primer al último minuto que dura la representación. |